Lucila Crexell, hija de la extinta intendenta Luz María Sapag y sobrina del gobernador Jorge Sapag se alzó con el triunfo en las internas del partido provincial para representar a esa fuerza en las elecciones generales del 12 de junio.
Ya sea por la propuesta presentada o por la portación de apellido y trayectoria familiar, como dicen sus detractores, Crexell logró el triunfo sin demasiado esfuerzo.
Ahora la candidata deberá comenzar una nueva campaña, ya no para vencer a ocasionales referentes del propio partido, donde sólo tuvo que enfrentar algún que otro cruce menor o una chicana de las que nunca faltan en política, sino para doblegar a la oposición, que en general, no anda con muchas vueltas a la hora de medir fuerzas en el campo de batalla.
La aspirante a intendente tendrá que prepararse para defender los colores del partido provincial, aquel que la dinastía familiar supo forjar y que llevó a su “vieja” -como suele decir Lucila- a ocupar un lugar preponderante en la vida política provincial y nacional.
Seguramente tendrá que redoblar el espíritu, reconocer que la política es abrazo, palmada y piquete de ojo -todo al mismo tiempo-, y que las buenas intenciones, a veces, no son vistas como tal.
Por su parte, los escuderos de la princesa, aquellos que a capa y espada supieron salir al cruce de los peligros que acechaban a la otrora reina de la ciudad -a quien propios y extraños recuerdan con respeto-, deberán sumar esfuerzos para proteger a la postulante a la titularidad de la torre municipal de las inquinas propias del reino y de los avances de los adversarios que, como es lógico, quieren tomar el palacio tan preciado.
Para esto, Sergio Vivanco y Marcelo Sánchez, entre otros, ya preparan corceles y ajustan armaduras de cara a la contienda.
Nuevas formas
Quienes toman el té en las cercanías de palacio con la aspirante al trono -algunos con más experiencia que otros en las lides políticas-, también deberán aunar voluntades para plasmar en la vida cotidiana gran parte de los proyectos que afirman tener en carpeta y que, según dicen, hacen a un manejo más profesional de la política y la cosa pública, en caso de llegar al poder.
Nada fácil será el trabajo de los émulos del alcalde español don Francisco de Vargas, perteneciente a la corte de los Reyes Católicos y hombre de gran eficacia, a quien los reyes recurrían cuando requerían alguna tarea o investigación especial, al grito de "¡averígüelo Vargas!"
Lo cierto es que para muchos observadores políticos, el desembarco de Lucila Crexell junto a sus colaboradores en las arenas políticas del Coliseo local conforman un grupo de avanzada que podría significar un cambio en el manejo de la política vernácula, merced al uso de nuevas estrategias, discursos y formas de actuar que hasta el momento parece no se han visto en la región.
Como contrapartida, quienes hace más de dos décadas que batallan entre gladiadores de menor y mayor peso, afirman que “del dicho al hecho, hay mucho trecho” y que el tiempo dirá quién tiene la razón. Mientras eso ocurre, la vida en el reino prosigue y los súbitos siguen trabajando como vienen hacinando desde hace siglos.
Fuente: Lmnqn