Todo comenzó minutos después de la medianoche, cuando personal policial de la Comisaría 23º que realizaba un patrullaje preventivo, advirtió la presencia sospechosa de una camioneta Kia Sorento, que circulaba a baja velocidad en inmediaciones de una estación de servicio ACA, ubicada sobre la Avenida Koessler de la turística localidad.
Los uniformados, detuvieron la marcha y descendieron para identificar a los ocupantes de la camioneta. En primer lugar le solicitaron al conductor la documentación requerida para circular y luego identificaron al resto de los ocupantes.
Sangre en la ropa
Durante el procedimiento, los efectivos notaron que las personas presentaban manchas de sangre en sus ropas, por lo que indagaron en ello. Ante la pregunta de los uniformados, los sujetos confesaron que retornaban de cazar en un paraje cercano a La Rinconada y luego exhibieron los cuerpos de dos jabalíes faenados, que transportaban en el baúl.
Los efectivos continuaron con el procedimiento correspondiente y les solicitaron a las personas la guía de transporte y la autorización del propietario del campo para cazar. El correcto accionar de los uniformados, irritó a los furtivos, que se jactaron de tener “contactos” para truncar el procedimiento.
Lejos de intimidarse, los empleados policiales explicaron que se trataba de un procedimiento de rutina y que estaban infringiendo la ley, e inmediatamente después dieron intervención a la Delegación de Fauna, que secuestró los porcinos y labró el acta contravencional.